El candelabro es símbolo de luz espiritual, de simiente de vida y de salvación.
Su simbolismo religioso se apoya en su simbolismo cósmico: «Se le han dado tantos brazos», dice Josefo al hablar del candelabro de siete brazos, «como planetas se cuentan junto con el sol»; imitación terrena, según Filón, de la esfera celeste arquetípica.
El candelabro de los hebreos es el equivalente del árbol babilónico de la luz. Según el citado texto del Éxodo (25, 31-33) está compuesto de oro puro. Tiene siete ramas, tres a cada lado del eje principal. Las dos series de tres figuran la dualidad: los cálices tiene forma de flor de almendro. El candelabro representa el almendro, es decir la nuez de oro que aparece en tantas civilizaciones.
El candelabro de siete brazos, o menorah, aparece también en el templo de Zorobabel. El citado texto de Zacarías (4, 1-14) da una descripción mítica que remite a un simbolismo de origen astral: corresponde a los siete planetas, a los siete cielos. Las siete lámparas que lleva son para Zacarías los ojos de Dios (siete, número perfecto) que recorren toda la tierra. Ahora bien, los escritores judíos ulteriores, como Filón, Flavio Josefo e incluso algunos testigos del antiguo rabinismo, aclaran explícitamente este simbolismo. Para Filón (Vida de Moisés 2, 105), el candelabro es el cielo con el sistema planetario en cuyo centro brilla el sol. El tallo central simboliza el sol, rodeado por cada lado de tres planetas. Es pues también un símbolo del Logos, luz del mundo.
Según el mismo texto de Zacarias, el candelabro está flanqueado por dos árboles: olivos que abastecen directamente el aceite necesario para las lámparas. Se puede pues preguntar si el candelabro de siete ramas no deriva directamente de un árbol sagrado. Los paralelos de las religiones grecorromanas, así como varias figuraciones ciertamente más tardías en que los brazos del candelabro tienen hojas, invitarían a concluir en este sentido.
Símbolo de la divinidad y de la luz que dispensa a los hombres, la menorah fue utilizada muy frecuentemente como motivo ornamental, aunque rica de significación, en los muros de las sinagogas o en los monumentos funerarios.
En el Apocalipsis hay siete candelabros, pero no se dice que tengan siete brazos. Simbolizan las siete iglesias.
En los primeros siglos cristianos el candelabro designaba «al sol en su cuadriga, nimbado con los siete rayos, rodeado de los doce signos del zodíaco y flanqueado en los ángulos con las figuras de las estaciones».
Para Clemente de Alejandría el candelabro de oro de siete brazos significa «los movimientos de los siete astros luminosos que realizan sus recorridos en el cielo». Un segundo símbolo se refiere a la cruz de Cristo, no solamente por la forma, sino porque el candelabro recuerda a la cruz, fuente de luz. Por último el candelabro evoca a los siete arcángeles superiores.
Fuentes: ORCI, y Diccionario de los símbolos de Jean Chevalier y Alain Gheerbrant.
ISAAC MEJÍA HIMSI
Digna y Perseverante Respetable Logia Simbólica “Gral. Eduardo Lares Victoria” No. 7 del Gran Oriente de Durango, México.